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SER MÉDICO: VOCACIÓN O HEROÍSMO

SER MÉDICO: VOCACIÓN O HEROÍSMO
El médico es una persona que pertenece a un gremio cuya formación, actividad y objetivos son únicos entre todas las actividades humanas. Cuando un joven decide “ser médico” la vocación todavía está lejana. ¿Por qué estudias medicina? es la pregunta que se les hace a los estudiantes de la carrera, jóvenes que se entregan de lleno a las actividades libremente escogidas, pero, la vocación no es una actividad más, es el ejercicio de la propia vida.
Algunos jóvenes estudian medicina porque la complejidad del cuerpo humano les apasiona, otros porque desean saber los secretos de tan prodigiosa estructura. Otros, ven en la medicina una profesión con amplias posibilidades, desde la belleza de la investigación pura, desinteresada, a la figura del médico abnegado a la cabecera del enfermo moribundo, atendiendo a éste y al mismo tiempo consolando a los familiares; o, en un contexto más actual, la extraordinaria labor que realizan los diversos profesionales de la medicina en las extensas regiones subdesarrolladas. El querer saber es parte de nosotros, el ser humano desde niño pregunta y muere preguntando ¿por qué?, pero, ¿ello es suficiente para ejercer la medicina como vocación?, qué es mejor, conocer la realidad de la ciencia médica o ejercer la voluntad de ayudar?
Al ingresar a la universidad y durante los siguientes seis años al menos, el joven estudiante debe redoblar esfuerzos para no caer en trivialidades, amistades y situaciones estériles que lo distraigan de su principal objetivo: ser un buen médico. Esta exigencia, aunque a simple vista exagerada para el resto de profesionistas, no lo es tanto si consideramos la carga horaria, el volumen de información básica y clínica a manejar, el desplazamiento dentro campus universitario y fuera de él a las distintas sedes hospitalarias, la multiplicidad de tareas, informes, exámenes, desvelos, ayunos y el estrés generado por cada uno de estos compromisos.
La vocación es quizás uno de los valores más intrínsecos y exigidos “socialmente” al médico. En la facultad, el estudiante de medicina puede tener la suerte de encontrar buenos docentes que le motiven y le reafirmen en su incipiente vocación o por el contrario, que la masificación y la penuria de medios minen aquella.
En plena juventud, el estudiante de medicina debe incorporarse pronto a un régimen de guardias y roles hospitalarios durante su internado que altera profundamente sus ciclos de sueño y vigilia, que no lo habrá de abandonar hasta su retiro o su muerte. Debe en caso de hacer vida social, ser esta de tipo “light”, con regreso temprano a casa y por supuesto, con escasa o nula comprometedora vida afectiva íntima con el género opuesto que lo aparte de su camino estudiantil.
A pesar de todo, el futuro médico sigue adelante, pues además es un excelente estudiante y con su expediente confía en que su puntuación en examen MIR le permitirá acceder a la especialidad que desea y en un hospital de prestigio. Siendo ya residente su vocación puede afianzarse o por el contrario tambalearse, factor importante en este afianzamiento lo son sus aptitudes y conocimientos médicos pero a ello se le debe  sumar la motivación, característica invaluable para mantener su vocación firme.

Ya en el acto médico el paciente deposita toda su confianza  para que el médico intente curarlo o por lo menos aliviar su sufrimiento y cuando se consigue se ve al enfermo mejorar y con una sonrisa en los labios agradece por tu ayuda, agradece que le hayas salvado la vida y lo hayas devuelto a su familia.  Es entonces cuando el médico se siente bien consigo mismo y contempla un acto de amor que solo busca el beneficio del paciente y siente algo en su interior que compensa todo lo que ha sacrificado para llegar hasta aquí; muchos sinsabores pero también muchas satisfacciones. Y es cuando realmente  se da cuenta de que ha llegado donde está ahora, porque hay algo en su interior que a veces ha dudado que estuviera, pero sin lo cual no hubiera superado todas las adversidades que se han ido presentando, que siempre ha estado en los momentos difíciles para animarlo a seguir adelante y que ahora reconoce en toda su magnitud: la vocación de ser médico.

1 comentario:

  1. Me encanta super bien
    te felicito
    Logremos nuestra meta
    SER MÉDICOS

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